Talleres que pintan con tiza falsos arañazos en los coches, clientes que tras un siniestro dicen haber quedado imposibilitados para conducir y luego son grabados al volante. Casi seis de cada 100 siniestros en España son falsos. El mayor fraude se da en los daños por lesiones. Uno de los más flagrantes es el de un hombre que dijo haber quedado ciego por un accidente de coche. Consiguió 400.000 euros de indemnización. Tiempo después fue grabado por la calle sin ningún problema y visitando un mercadillo.Se han conocido recuperaciones milagrosas, como la de una joven que alegó una grave lesión en una pierna que le impedía jugar al tenis y llegar a ser profesional. La aseguradora le pagó 176.000 € de indemnización. Sin embargo fue “pillada” realizando duros entrenamientos. Entre 2017 y 2018, Linea Directa ha detectado 60.000 intentos de fraude de los 4,2 millones de coches asegurados.
Los rotonderos y el fraude carrussel
Lo que más preocupa al sector son las mafias. Se han detectado hasta 500, algunas muy violentas y con otros delitos. Francisco Valenia, Director de Gobierno corporativo de Linea directa asegura a COPE que “son organizaciones criminales, con una profesionalización, una jerarquía y una recurrencia en las acciones delictivas”. A muchas mafias se las conoce como “rotonderos”, actúan en las rotondas: cuando un coche va a entrar provocan un alcance y le culpan del siniestro. Van varios ocupantes y todos simulan graves consecuencias. Es un “fraude carrusel” porque lo hacen con varias compañías.
Del arañazo pintado al un hilo en el bidé
También algunos talleres intentan colar falsos daños. Con la esperanza de que no pase el perito, envían una foto de un supuesto acto vandálico de un coche con multitud de arañazos provocados. O pegan un trozo de celo por dentro del cristal como si fuera un “chinazo”. En una ocasión simularon la rotura del parabrisas: pintaron en un papel una raya negra y lo colocaron en el interior del vehículo mirando hacia fuera, la excusa del papel era “hacer contraste para que se viera bien la rotura” Casos reales en los siniestros de hogar han llevado a una verdadera investigación. En una ocasión se pidió una indemnización por el robo de unas placas solares en una casa. Las imágenes de satélite demostraron que nunca existieron tales placas. Más trabajo se tomó el cliente que puso un hilo en el bidé, hizo una foto y dio un parte alegando que por un golpe se le había rajado la loza. Se le pagó y al poco tiempo el perito pasó a ver cómo habían quedado los nuevos sanitarios. El cliente confesó el fraude.
Lo pagamos todos
Según el barómetro de fraude al seguro de Linea Directa, las estafas han costado 9.200 millones de Euros en los últimos 7 años que, finalmente, acabamos pagando los consumidores. Francisco Valenia , Director de Gobierno corporativo de Linea directa asegura a COPE que “El fraude tiene un coste enorme para la industria del seguro pero también para el consumidor” Acabamos pagando justos por pecadores porque las estafas que no se detectan van a las cuentas de siniestralidad que finalmente se traslada a las primas. Así “ si hablamos de una prima de 300 €, podría bajar 25 € si no hubiera fraude”.
Fuente: cope.es